Una fachada rehabilitada no solo embellece el edificio, sino que protege de filtraciones y mejora el aislamiento térmico y acústico.
1. Inspección y diagnóstico
Diagnóstico de grietas, desprendimientos y humedades.
Informe técnico y propuesta de soluciones.
2. Reparación de soporte
Recuperación de morteros y refuerzo de esquinas.
Tratamiento anticarcoma y rejuntado de ladrillos.
3. Sistema de aislamiento (SATE)
Paneles de poliestireno o lana de roca.
Rebaja significativa en consumo energético.
4. Revestimientos y acabados
Morteros monocapa, pinturas siloxánicas e impermeabilizantes.
Selección de colores y texturas según normativa urbanística.
5. Terminaciones y sellados
Sellado de juntas, remates en ventanas y cornisas.
Limpieza final y protección hidrófuga.