La fachada es la “cara” de tu hogar o edificio: no solo define la estética exterior, sino que protege la estructura frente a agentes climáticos, regula la eficiencia energética y contribuye al confort interior. En esta entrada, repasamos los principales tipos de fachadas, los materiales más habituales, los procesos de rehabilitación y los cuidados fundamentales para mantenerlas en óptimas condiciones.
1. Importancia de una buena fachada
Protección frente a la climatología: Lluvia, viento, rayos UV y cambios de temperatura pueden causar grietas, desprendimientos y filtraciones. Una fachada bien diseñada y mantenida evita humedades y problemas estructurales.
Ahorro energético: Incorporar sistemas de aislamiento (SATE, cámara de aire, trasdosados) reduce la demanda de climatización en invierno y verano, bajando la factura eléctrica.
Valor estético y revalorización del inmueble: Una fachada limpia y en buen estado transmite sensación de cuidado y revaloriza el edificio. Los colores, texturas y detalles arquitectónicos marcan la imagen global.
2. Tipos de fachadas
Fachada ventilada
Descripción: Se compone de un revestimiento exterior (ladrillo cerámico, piedra, panel composite) separado de la hoja portante por una cámara de aire que permite la circulación.
Ventajas:
Excelente aislamiento térmico y acústico.
Evita condensaciones y humedades.
Permite una renovación sencilla del revestimiento exterior.
Fachada enfoscada (monocapa o mortero)
Descripción: Consiste en aplicar un mortero de cemento especial directamente sobre el muro de ladrillo o bloque. Puede ir pintado o tintado.
Ventajas:
Uniformidad en el acabado.
Buena adherencia si la superficie está bien preparada.
Coste relativamente económico comparado con otros sistemas.
Fachada de obra vista (ladrillo cerámico o piedra)
Descripción: El acabado final es el propio material (ladrillo caravista, piedra natural o artificial), sin revestimientos adicionales.
Ventajas:
Alta durabilidad y resistencia.
Requiere poco mantenimiento (basta con una limpieza puntual).
Estética atemporal y texturas naturales.
Fachada con revestimiento ligero (panel composite, PVC o madera tratada)
Descripción: Se coloca un entramado metálico o estructuras de perfilería sobre la pared, y sobre él se fijan paneles ligeros.
Ventajas:
Rapidez en la instalación.
Gran variedad de colores y acabados.
Posibilidad de incorporar aislamiento intermedio.
3. Materiales más habituales en fachadas
Morteros monocapa
Composición: Mezcla de cemento, áridos y aditivos, premezclada y lista para aplicar.
Características:
Textura granulada (fino, medio o grueso).
Alta impermeabilidad y transpirabilidad.
Disponible en multitud de tonalidades (tintos al horno o coloreados con pigmentos).
Pinturas siloxánicas y acrílicas
Pintura siloxánica:
Base de resinas siloxánicas que repelen el agua sin impedir la transpiración.
Muy resistente a la contaminación urbana y al moho.
Pintura acrílica:
Base de resina acrílica, flexible y duradera.
Fácil aplicación y amplia carta de colores; su mantenimiento es sencillo (repintado cada 5–7 años).
SATE (Sistema de Aislamiento Térmico por el Exterior)
Componentes: Placas de poliestireno expandido o lana de roca, anclajes, mortero base reforzado con malla y capa de acabado (monocapa o pintura).
Beneficios:
Reducción de puentes térmicos.
Mejora del confort interior y ahorro energético.
Protección adicional para la hoja portante.
Impermeabilizantes y sellados
Impermeabilizantes cementosos: Aplicados en cubiertas y remates de fachada (copetes, cornisas) para evitar filtraciones.
Masillas y siliconas de juntas: En encuentros con ventanas, puertas y elementos estructurales para evitar filtraciones puntuales.
4. Proceso de rehabilitación de fachadas
Rehabilitar una fachada correctamente implica varias fases:
Inspección y diagnóstico
Se identifican grietas, desconchados, humedades y puntos débiles.
Se realiza un informe técnico con fotografía de los desperfectos y propuesta de soluciones (inyectables, morteros de reparación, retirada de enfoscados dañados).
Limpieza y preparación del soporte
Limpieza mediante chorro de arena o agua a presión: Elimina pintura antigua, restos de mortero suelto y suciedad.
Tratamientos antipatógenos: Si existen manchas de moho o algas, se aplica producto biocida/sanitizador.
Reparación de fisuras y grietas:
Inyección de resinas epoxi o morteros de reparación: Para grietas estructurales.
Aplicación de morteros especiales de reparación: En zonas con rugosidades o desconchados.
Instalación de aislamiento (si procede)
Fijación de placas SATE o colocación de manta aislante trasdosada desde el interior (en caso de imposibilidad de SATE).
Refuerzo con malla de fibra de vidrio y mortero base para garantizar continuidad del aislamiento.
Revestimiento y acabado final
Enfoscado monocapa: Aplicación de mortero monocapa coloreado o pintado posteriormente.
Pintado con sistemas profesionales:
Primera capa de imprimación: Mejora adherencia del acabado definitivo.
Capa intermedia (en pinturas al silicato o acrílicas) para sellado adicional.
Capa de acabado: Pintura siloxánica o acrílica, según exposición y estética deseada.
Fachadas ventiladas: Colocación de perfilería, fijación de paneles y remates en encuentros con huecos.
Remate de detalles
Sellado de juntas con masillas elásticas de Poliuretano o silicona de alta calidad.
Colocación de canalones, bajantes y remates de ventanas para garantizar evacuación de aguas.
Protección hidrófuga y repelentes de suciedad (opcional)
Tratamientos que repelen agua y polvo, facilitando la limpieza y prolongando el aspecto impecable de la fachada.
5. Mantenimiento y cuidados esenciales
Inspecciones periódicas
Realizar una revisión visual cada 1–2 años para detectar grietas, pintura desconchada o manchas de humedad.
Prestar especial atención a encuentros de fachada con balcones, bajantes y cornisas.
Limpieza preventiva
Agua a presión moderada: Eliminar polvo, polución y hojas acumuladas.
Productos biocidas: Controlar la aparición de algas o hongos en zonas umbrías.
Reparación puntual de pequeñas grietas
Antes de que se agranden, sellar fisuras con masilla elástica o mortero de reparación.
Repintar localmente si hay desconchados en la pintura.
Repintado general cada 6–8 años
Dependiendo de la orientación (fachadas sureste o suroeste sufren más desgaste).
Cambiar color o renovar capa para actualizar estética y proteger el soporte.
Evitar acumulaciones de agua
Mantener canalones y bajantes limpios.
Revisar pendientes en patio interior o galerías para evitar charcos persistentes.
6. Tendencias y consejos de diseño
Colores neutros y terrosos: Gris claro, beige o tonos arenas transmiten elegancia y combinan con casi cualquier entorno urbano.
Uso de texturas: Enfoscados con grano medio y terminados rugosos aportan un efecto natural; en contraste, superficies lisas transmiten modernidad.
Fachadas bicolores: Pintar zócalos, cornisas o marcos de ventanas en tonos contrastados (gris oscuro, antracita) realza los volúmenes.
Elementos decorativos: Molduras de escayola en cornisas, ventilación decorativa tipo celosía o revestimientos parciales en madera tratada para un toque cálido.
Iluminación LED empotrada: Resaltar columnas, cornisas o voladizos durante la noche, creando un efecto elegante y seguro.
Conclusión y llamada a la acción
Una fachada en buen estado no es solo estética: es sinónimo de confort, ahorro energético y durabilidad de tu inmueble. Si necesitas asesoramiento profesional para rehabilitar, pintar o mantener tu fachada, en Decopinser contamos con la experiencia y los sistemas más avanzados.